El relajante día de Timón y Pumba en una playa desierta da un giro cuando Pumba es secuestrado por unos indígenas de la selva. Sin embargo, en vez de comérselo, le veneran y obligan a Timón a convertirse en el esclavo de Pumba. La suerte de Pumba se acaba cuando no puede hacer fuego y descubren que es un impostor. Cuando Timón y Pumba se encuentran con un ardilla voladora enamorada, acceden a ayudarle a conseguir a una ardilla macho para que cene con ella si, a cambio, vuela a las copas de los árboles de Saskatchewan para atrapar una rara especie de escarabajo.

El día del mejor de los mejores amigos se convierte en el peor cuando Timón y Pumba se enfadan. Ambos están convencidos de que podrán encontrar un amigo igual o mejor. Enseguida, Timón se junta con un jabalí llamado Bampuu y Pumba se hace amigo de un suricato llamado Monti. Cuando tres macarras usan a Nobi, un vivaracho ratoncito, como pelota de béisbol, este le pide ayuda a Rafiki. Harto de que le tomen el pelo, Nobi desea que Rafiki le convierta en un ser digno de respeto.

Cuando Pumba rompe un huevo abandonado de caimán, se deja guiar por su instinto paternal y cuida de la cría como si fuera propio hijo. Mientras, el estilo de vida Hakuna Matata de Timón se ve amenazado cuando en casa de Timón y Pumba empieza a haber normas de conducta. Los guepardos deciden librarse de las tres hienas pesadas usando maniobras para enviarlas lo más lejos posible. Por desgracia, estos planes no tienen éxito porque las hienas son demasiado tontas para seguir instrucciones sencillas.

Cuando Timón y Pumba encuentran una maleta llena de dinero robado, deciden hacer lo correcto y se la devuelven a su dueño, Criminal Quint. Cuando se dan cuenta de su error, se disponen a recuperar el dinero robado. Timón y Pumba van a un coqueto pueblecito de Suiza a comer escarabajos recubiertos de chocolate. A Timón le gusta el chocolate pero no le gusta el ajetreo del pueblo. Cree que todo sería mucho mejor con un poco de Hakuna Matata.

Cuando Timón alaba las hazañas de Ned el Elefante, a Pumba se le mete en la cabeza reinventarse como paquidermo. Timón, que lo ve como una forma de aumentar su popularidad e introducirse en la pandilla exclusiva de Ned, decide ayudar a Pumba aumentando su masa muscular, mejorando su memoria y consiguiéndole una trompa de elefante. Escalando el Kilimanjaro, Timón y Pumba se separan para buscar comida, con resultados un poco extraños.

Timón y Pumba están acosado a un caracol, pero, cuando lo tienen arrinconado, deciden que es demasiado majo para comérselo. Por desgracia, Culinario Quint aparece en escena y secuestra a Veloz, el caracol, con la idea de servirlo como plato gourmet en su caro restaurante situado en lo alto de la Torre Eiffel. Cuando un mono joven y sin talento se harta de la vida del circo, salta del avión y cae en las garras de tres hienas hambrientas. Una serie de escenas circenses lo convierten en un carnaval para carnívoros.