Un mundo sin fin

La noticia de la muerte del rey Eduardo II, siendo prisionero de su esposa la reina Isabel de Francia, provoca intrigas en la villa de Kingsbridge.

Reconstruir el puente es vital para la villa de Kingsbridge, pero cuestiones eclesiásticas y monárquicas marcan el curso de los acontecimientos.

El prior Golwyn exige tierras del priorato para construir su palacio, pero la madre Cecilia decide ofrecérselas a Caris para levantar el hospicio.

Caris, convertida en una gran monja, puede construir su hospicio gracias a una herencia personal que recibe la madre Cecilia.

Caris regresa del campo de batalla con la carta del Rey que obliga a Godwyn a devolver el dinero al convento y detener las obras de su palacio.