Eurídice le decomisa a Ricardo, su alumno de trece años, una pistola que decide llevar a las autoridades, pese a las advertencias de Eloína, su amiga y colega, de que no lo haga. El juez Álvaro Infante descubre que su hija no ha asistido a clases.

Eurídice ve al fiscal Héctor para entregarle la pistola y mientras esto ocurre, el segundo es baleado y poco después fallece; Eurídice le pide ayuda a Eudomar y éste le hace una advertencia. A Natalio le duele ser investigado por abuso de autoridad.

A Álvaro le hace mucha gracia la broma en la fiesta hasta que se entera del deceso de Héctor. Eudomar le prohíbe tajantemente a Eurídice que vaya a la policía a contar lo ocurrido. Natalio jura encontrar a quien cree responsable de la muerte de su hijo.

Quevedo, auxiliar de contabilidad, está a punto de ser encarcelado por hacer fraude en la clínica, pero podría liberarse si se alía con Arístides. Euridice cambia su nombre por el de Eva Marina y conoce a la familia Infante, todos quedan encantados.

Eloína se pone nerviosa al saber que Natalio busca a Eurídice. Lucha se pone nerviosa cuando le preguntan sobre su profesión. Eurídice cambia de identidad, se hace llamar Eva Marina, y acepta trabajar como profesora con Álvaro; Elisa se pone celosa.

El hombre de etiqueta sigue haciendo de las suyas. Eva Marina se siente segura en su nuevo escondite, pues nadie imaginaría su paradero. Aristides comienza a coquetear con Eloína. Deborah se siente inquieta y piensa denunciar la desaparición de Eurídice.