La tímida Eun-jae llega a Seúl y se suma a las otras cuatro residentes de Belle Epoque, quienes la reciben con la misma frialdad que la ciudad.

Las reglas de la casa prohíben la entrada a los hombres, pero Ye-eun descubre una prenda íntima masculina y por vergüenza decide ocultarla.

Ye-eun declara que no puede seguir viviendo bajo el mismo techo que ella. I-na conoce a un extraño en un bar.

Jin-myung trabaja día y noche para mantenerse. Tiempo para enamorarse no tiene, aunque sí un pretendiente obstinado.

Con la intención de ahuyentar al fantasma que habita la casa, las chicas de la residencia Belle Epoque deciden dejar entrar hombres, y organizar una fiesta.

La fiesta no tiene mucho éxito, pero las chicas nunca la olvidarán. Algunos secretos se revelan y otros se vuelven memorables.