Amores difíciles

Orestes es el adinerado dueño de una fábrica de cachaza en un pueblo brasileño, cuya autoridad no se discute. Su madre es una mujer posesiva que no puede evitar tratarlo, a veces, como si fuera un niño. Orestes tiene amores ocasionales con las mujeres de algunos de sus amigos. Son encuentros furtivos que no dejan huella en él ya que solo busca satisfacer un impulso carnal. Pero un día conoce a Fulvia, la bella palomera, y su vida cambia radicalmente. Ella le cuenta que es casada y tiene un niño de un año y medio, un montón de palomas mensajeras que se quedan en su casa sin destino y un marido adorable que es músico. Desde entonces Orestes vive un amor a primera vista que no será correspondido sino después de un largo asedio, durante el cual ambos se enviarán crípticos mensajes con sus aliadas, las palomas.

A Margarito Duarte, modesto empleado judicial de una pequeña población colombiana, se le muere de repente su hija de siete años, Evelia. Doce años después, Margarito acude al cementerio a exhumar los restos de su niña y, para sorpresa suya y de quienes andan por ahí cerca, la niña esta intacta, como si se acabara de acostar a dormir. El episodio conmueve a la población y a sus vecindarios y, obviamente, al cura y al obispo, solo que este, a diferencia de sus feligreses, no acepta que el asunto sea prodigioso y ordena que el cuerpo de la niña sea devuelto a la tierra y que a ésta se le eche agua para ayudar a descomponer el pequeño cadáver de Evelia. Pero Margarito Duarte, ahora que ha recuperado a su niña, no va a cometer el crimen de ahogarla.

La señora Forbes es la nueva institutriz de dos revoltosos niños. Su férrea disciplina y temperamento autoritario provocarán que los niños planeen asesinarla por la noche. Mientras la espían para llevar a cabo su plan, descubren a una voluptuosa mujer que se pasea desnuda por su habitación.

Para Silvino Ochoa, músico de treinta años, este domingo será uno de tantos. Pero sus expectativas no se cumplirán. Poco antes de caer la noche conoce a Carlitos Arismendi, un simpático niño de unos diez años al que ofrece amistad de forma espontánea. Silvino no sabe que Carlitos es en realidad el único hijo de una joven pareja de millonarios y que, sintiéndose poco querido y al enterarse de que han acordado mandarlo a completar su educación al extranjero en un exclusivo internado, decide someterlos a la tremenda prueba de un autosecuestro.

La historia tiene lugar en el ciudad de Matanzas, cien kilómetros al este de La Habana, en 1913. Dos jóvenes enamorados, cada uno por su lado y sin que el otro lo sepa, solicitan los servicios de un escribano para comunicarse sus sentimientos a través de las cartas que éste redacta. El amor escrito se muestra muy superior al real y el propio escribano se ve envuelto en la historia, pues poco a poco sus sentimientos van a imponerse, en contra de su voluntad, y revelarán una verdad eterna: al amor no se le puede hacer trampas.

Natalia es una modelo que es violada una noche, lo que supondrá un shock imposible de superar. Su obsesión a partir de entonces será encontrar al hombre que la violó. En esa búsqueda conoce un mundo opuesto al suyo: el de los barrios bajos de la ciudad y toda la sordidez que conllevan, pero ella ha tomado la determinación de afrontar hasta el final su decisión que, en el fondo, sobrepasa la simple venganza, para llevarla a descubrir su condición de mujer lejos del mundo limpio y aséptico en el que vivió hasta entonces.