El Capo

Pedro Pablo León Jaramillo, alias El Capo, el narcotraficante más buscado del país, discute con Isabel Cristina, su esposa, la posibilidad de entregarse a las autoridades.

El Ejército ubica la señal del celular, y advierten que se emite desde el fondo del lago. No saben qué hacer pues el celular no para de sonar, es una llamada de Juan Carlos, el hijo de El Capo.

Isabel Cristina llora desconsolada y le reclama a Pedro Pablo. Perrys intenta tranquilizarla. El Capo llama de nuevo al fiscal, Grisales le informa que buscan un infiltrado.

Todos deben regresar al Bunker. Tato se niega a volver, desesperado decide salir a como dé lugar. Pedro Pablo ordena que no lo dejen salir, Perrys se ofrece a convencer a Tato de que regrese.

Al Capo ofrece una cantidad de dinero para que alguien salga y arroje el celular en el lago para que los buzos lo encuentren y así evitar que los descubran. Perrys se ofrece pero negocia más dinero.

El Capo continúa su relato a Isabel Cristina y Marcela de cómo fue todo el operativo para matar al General. Marcela señala que en la cárcel hay gente pagando por ese crimen.