Cuatro autos arden en el estacionamiento de la secundaria Ana Frank. Es la gota que derrama el vaso y Ester, la directora del centro, no aguanta más. Si las cosas no cambian, los padres sacarán a sus hijos de la escuela, lo que significaría que esta tendría que cerrar sus puertas y, por tanto, sería el fin del legado de la madre de Ester. Desesperada, le pide ayuda a Hugo, un profesor poco convencional. Aunque hace años que no trabaja como profesor, acepta con una condición: él pone las reglas. Ester pronto descubre que no ponerle límites a Hugo también tiene consecuencias.
Lo primero que debe hacer Hugo para curar la secundaria Ana Frank es identificar la enfermedad: un grupo de nueve alumnos que, según él, son la causa de todos los problemas del centro. Para poder trabajar con ellos y aplicar su método, Hugo tiene que convencer primero a los padres de los chicos y chicas para que firmen una autorización y acepten que sus hijos participen en un programa de clases poco convencional. Hay un problema: Hugo es muy bueno con las palabras, pero también tiene un don para provocar problemas. Tras la primera reunión, los padres de tres de los adolescentes (Lena, Gus y Darío) se niegan a dar su consentimiento. Sin ellos, el método HIT es inútil y los problemas del colegio continuarán.
El primer paso para tratar una enfermedad es hacer el diagnóstico correcto. Por eso, en la primera clase de HIT, encierran a los adolescentes en el gimnasio del colegio, donde deben aceptarse y conocerse a sí mismos y a los demás, y aprender que sus actos tienen consecuencias. Para ello, Hugo los obliga a enfrentarse a sí mismos. Los obliga a explorar quiénes son, a buscar qué los define y a identificarlo. Su lado bueno, así como el malo. Cuando Hugo los hace a buscar en su interior, algunos de ellos verán cosas que no quieren ver, incluida Marga, que tiene un momento emocional en medio de la clase. Pronto se revela que el arrebato de Marga coincide con el aniversario de la muerte de su hermano Santi.
Nassir, el padre de Nourdin, trabaja en el vertedero. No se llevan muy bien, y Nassir quiere que su hijo trabaje con él. A Nourdin, sin embargo, no le entusiasma la idea, sino todo lo contrario: el trabajo le parece repugnante. Si no quiere acabar como su padre, Nourdin debería empezar a estudiar, dejar de pensar tanto en sus músculos y comenzar a pensar en su cerebro, algo que le resulta casi imposible. En el fondo de su mente hay algo que provoca mucho ruido y le impide pensar con claridad, algo que experimentó en un campamento cuando era solo un niño.
El año escolar pasa rápido y los adolescentes parecen progresar. Pero el trabajo es tan exigente que el cansancio y la frustración de Hugo van en aumento. Cada día debe lidiar con la desconfianza de algunos de los profesores hacia él, con el discutible apoyo de Ester y con las quejas de algunos de los padres. En concreto, los padres de Silvia tienen un problema con Hugo y presentaron una denuncia contra él en el Consejo de Educación tras ver a su hija haciéndose daño. A pesar de las amenazas, Hugo se va acercando a los alumnos y quiere entrar en su espacio privado, y no hay nada más privado que el sexo. Cuando los adolescentes comienzan a abrirse con total sinceridad, Mari Cruz, la subdirectora de Educación, irrumpe en el colegio y cancela temporalmente las clases de Hugo. Hugo no entiende el comportamiento temeroso de Ester y se rebela. Ante la posibilidad de que la subdirectora de Educación clausure su método, HIT decide dar una última clase especial, con invitados muy especiales.
Hugo deja su trabajo en la escuela después del incidente con el Consejo de Educación. Cree que lo hizo por dignidad, pero en realidad es su miedo al fracaso lo que le hizo tomar la salida fácil y huir. El problema es que su decisión tuvo el peor de los resultados: el alcohol. Tras 18 meses de sobriedad, Hugo vuelve a caer en la bebida. En su camino hacia el infierno, Hugo tiene una improbable compañera de viaje: Erika, que también fue demasiado lejos con su consumo de drogas. A lo largo de la noche, se acompañan mutuamente, y Hugo se da cuenta de que no puede abandonar a los niños ahora. El enfado que siente hacia el Consejo o el sistema educativo en su conjunto no es motivo para abandonar al grupo de la noche a la mañana, así que Hugo decide volver al colegio para seguir aplicando su método.
Daniel Grao
Higo Ibarra
Olaya Calderas
Ester
Carmen Arrufat
Lena
Nourdin Batán
Nourdin
Oriol Cervera
Gus