Meri Román lo tenía todo: amigos, fiestas y una vida sin dramas, hasta que diez años después recibe el pésame por su padre y una bomba cae sobre ella: él era gay y nunca lo supo.

Meri accede al celular de su difunto padre y, al descubrir secretos en una app de citas, se hace pasar por él, lo que la lleva a una fiesta que celebra su viejo amigo, Saúl.

Meri busca respuestas sobre su padre en un club gay con ayuda de su viejo amigo Luis, aunque eso lleve a éste a despertar demonios del pasado.

Meri busca al amante de su padre fallecido, y al descubrir que también ha muerto, desvela secretos del pasado y organiza una despedida final para los dos amantes.

Meri se enfrenta al reencuentro con Jere, y revive una reconciliación igual que en el pasado durante el cumpleaños de Jere, que comenzó con esperanza pero terminó en desastre.

Tras ser señalada como responsable del accidente de Santi, Meri emprende años después un viaje a Sevilla, que desencadena reencuentros y la confrontación con sus traumas e identidad.