Para conseguir el trabajo de sus sueños, Helen regresa a su pueblo natal; quiere convencer a la única persona que todavía no ha vendido sus tierras para la empresa donde ella trabaja, su padre, a quien no ve desde hace 20 años.

Después de hacerse de las tierras de Luis, Helen vuelve triunfal a Madrid, solo para descubrir que todo ha sido un vil engaño orquestado por Emiliano, cuya única intención es destruir a Playa Soledad por completo.

Helen y Luis salen a la búsqueda de una vaquita marina, un animal en peligro de extinción que aseguraría la protección de Playa Soledad. Helen las recuerda de su infancia; lo que Luis no se atreve a confesarle, es que su existencia fue invento suyo.

Diez pobladores, una asamblea. Y ahora, gracias a la repentina llegada de Rafael a Playa Soledad, dos pretendientes entre los cuales Helen debe elegir: su novio de toda la vida, o el musculoso, simpático y extraordinario cocinero Mateo.

Helen sale a pintar las fachadas del pueblo con la ayuda de Rafael y la tarde termina en una reconciliación. Por su lado, Mateo pierde un desafío de cocina frente a Luis.

Mientras Helen lucha por cumplir con toda la documentación necesaria para postular a Playa Soledad como Pueblo Único, Mateo visita un lugar de su pasado que le devuelve la confianza en sus habilidades culinarias.