Mentes criminales

Cuando una cuarta mujer desaparece en Seattle en cuatro meses, el equipo es llevado a hacer un perfil y encontrar a su captor antes de que ataque de nuevo. A Gideon, que se ha tomado una licencia de seis meses desde que dirigió un caso en Boston que terminó en desastre, se le pide que vuelva para ayudar a resolver el caso. Mientras el equipo trabaja en la búsqueda del asesino en serie, se le pide a Hotch que evalúe discretamente si Gideon está realmente preparado para volver a trabajar a tiempo completo.

El equipo investiga una serie de incendios en un campus universitario. Dado que la mayoría de las pruebas de los incendios se han quemado hasta ser irreconocibles, Gideon y su equipo deben confiar en el análisis psicológico para identificar al iniciador del fuego. Usando su conocimiento de los pirómanos en serie, establecen un perfil general. Cuando los incendios comienzan, cobrando la vida de varias víctimas, la búsqueda se intensifica, forzándolos a mirar más allá del perfil de los libros de texto para atrapar al asesino.

La Unidad de Análisis del Comportamiento sigue la pista de un bombardero en serie que resulta ser un imitador de Adrian Bale, el bombardero responsable de asesinar al anterior equipo de analistas de Gideon en Boston varios años antes. Gideon debe enfrentarse cara a cara con su antiguo némesis para obtener información importante que les ayude a atrapar al protegido de Bale.

La Unidad de Análisis del Comportamiento viaja a San Diego para hacer un perfil de un violador y asesino que comete sus crímenes durante el día. El sospechoso ataca a la luz del día, pero se mezcla tan bien en los barrios que ataca que las autoridades locales no han podido atraparlo. El equipo de la Unidad de Análisis del Comportamiento crea un perfil para ayudar en la investigación, y luego se dirige al campo para atrapar al asesino antes de que ataque de nuevo.

La UAC es convocada cuando la hija de un fiscal de distrito es secuestrada. El equipo determina rápidamente que el secuestrador no está tras el dinero, sino tras la hermana gemela de la víctima. Ahora, deben determinar cómo salvar a la víctima original sin poner a su gemela en peligro, lo que se complica aún más cuando se hace obvio que el secuestrador está, de alguna manera, siempre un paso adelante de ellos.

Los analistas psicológicos del FBI deben localizar a un francotirador que se aprovecha de las víctimas en pleno día. A medida que los ataques comienzan a intensificarse, Hotchner y su equipo trabajan con las fuerzas del orden locales para recrear uno de los tiroteos en un esfuerzo por detener la violencia. Sin embargo, un impactante giro de los acontecimientos lleva al equipo a cambiar su perfil por completo.