La víctima se vio envuelta en un mortal triángulo amoroso. Era adicta a los juegos de azar por lo que la Policía consideró que su crimen se debió al ajuste de cuentas por una deuda. Un dato revelado por Daniela y Liseth permitió revelar la verdad.
Ambas jóvenes sostuvieron una relación con Juan Camilo Obando, un instructor de karate que mostraba en público una faceta amigable y en privado era agresivo. Una de ellas fue asesinada por este hombre, la otra sobrevivió a un círculo de violencia.
En cada capítulo se ve la historia de un crimen, sus personajes, los hechos, las evidencias y los antecedentes.
La muerte de Gina Quintero fue considerada un suicidio, pero más tarde se determinó que fue un feminicidio.
Nadie sospechaba de Germán González, considerado como un miembro más de la familia, mecánico, pero que tenía un pasado oscuro marcado por la violencia y las drogas.
El taxi que abordó la víctima en Bello, Medellín, fue clave para dar con las pistas del asesinato de la profesora e ingeniera. El celular de Idalia, que quedó en el auto tras su muerte, permitió revelar todos los detalles a la policía.