Jack Taylor

Luego de una serie de aparentes suicidios que dejan a cuatro mujeres muertas, una madre muy preocupada contrata Taylor para encontrar a su hija de 18 años, quien ha desaparecido. Pero algo de su nuevo cliente le preocupa al detective. Mientras llega a la verdad de las primeras muertes, descubre que es posible que la madre tenga motivos ocultos para buscar a su hija.

Determinado a restablecer la ley y el orden, un grupo local de vigilantes conocidos como "Los Lanceros" está impartiendo su propia clase de justicia por las calles de Galway. Taylor se enfrenta con el grupo durante una de sus investigaciones, pero pronto se encuentra él mismo del lado opuesto de la ley.

Taylor es contratado para investigar abusos pasados en las infames lavanderías de Magdalen, el hogar para "jóvenes descarriadas". La hija de un ex recluso quiere que localice a una mujer llamada "Lucifer," una monja particularmente brutal que solía trabajar ahí. Como resultado de homicidios estilo ejecución, Taylor se da cuenta que no es el único buscando a Lucifer.

Siete meses después de que su madre sufriera una embolia, y continuando en su afán por vivir una vida más sobria y saludable, a Jack le piden investigar la muerte de una estudiante universitaria.

Jack investiga la muerte de un cura que fue degollado, y descubre que, años atrás, el cura había abusado sexualmente de dos muchachos.

Plagado por un terrible sentimiento de culpabilidad luego de una tragedia personal, Jack deja Galway y viaja a Dublín. Ahí conoce a Rosie, una joven que fue testigo al homicidio de su madre, pero ha reprimido el recuerdo.