El Encantador

Rolando es un hombre que gracias a su personalidad es capaz de convencer a las personas y engañarlas para su beneficio. Tras engañar a unas monjas con una rifa y escapar, es saltado y rescatado por el padre Jesús quién será su nueva víctima.

Luisa regresa por la petición de su padre, quien le pide que sea la directora de su despacho de abogados ya que su hermano Juan Ignacio ha hecho una pésima labor. Rolando hace otra rifa para intentar abrir la emisora de radio del pueblo.

Luisa le exige a Juan Ignacio que le entregue un informe detallado de la empresa y se da cuenta que la empresa está al borde de la quiebra. Rolando organiza un maratón de radio para pretender ayudar a Jacinto, pero es otro de sus engaños.

Miguel Ángel se da cuenta que Juan Ignacio casi lleva a la quiebra su empresa y Luisa descubre en qué se gastó el dinero. Rolando tiene problemas para construir la casa de Jacinto pero logra sacarlo adelante.

Rolando convence al padre Jesús que pueden vender publicidad en la radiodifusora del pueblo. Luisa toma medidas drásticas para salvar el despacho y Juan Ignacio quiere vender sus acciones. Rolando quiere comprar una casa.

El padre Jesús le pide explicaciones sobre todo el dinero a Rolando y él le comenta que ha invertido en una casa. Juan Ignacio comienza a montar su agenda de modelos. Para poder conseguir el dinero de la publicidad, Rolando organiza una subasta.