Bob se reúne con el equipo para dar auge al negocio en la gran re-re-reapertura de Bob’s Burgers y envía a su hijo mediano Gene a dar muestras en la calle, a la hija mayor, Tina, la pone en la parrilla y a la más joven, Louise, a atender la barra. El día da un giro inesperado cuando aparece el inspector de sanidad, debido a un rumor que Louise hizo correr durante el “mostrar y compartir” del colegio.

Cuando Bob descubre que los padres de Linda vienen de visita, toma medidas drásticas para evitar tener contacto con ellos. Mientras arregla una gotera en el desván, finge que está atascado mientras investiga una serie de pasadizos de la época de la prohibición escondidos tras las paredes. Bob logra dirigir el restaurante dando órdenes a la familia desde la seguridad de su laberinto, pero entonces se atasca de verdad y empieza a tener claustrofobia.

Cuando un polémico director de documentales pone una vaca viva a las puertas del restaurante familiar para dejar clara su postura, Bob se pone furioso porque le espanta a la clientela. Sin embargo, para sorpresa de todos, Bob trata a la vaca como a un miembro más de la familia.

Cuando a Tina le da un ataque de pánico porque el chico del que estaba enamorada se muda y ya nunca podrá jugar a la pelota con él, Louise y Gene la llevan a ver un negocio que acaba de abrir a la vuelta de la esquina. Resulta que dan clases de capoeira, que es algo parecido a pelear con un baile sensual. A Tina le parece exótico y enseguida se ve atraída por el monitor, Jairo, con su torso desnudo y su pelo largo. Se matricula para ocho clases y pronto se obsesiona con la capoeira y todo lo que dice Jairo.

Como sabe que Bob odia las cenas espectáculo, Linda miente y dice que va a un club de estriptis para la despedida de soltera de una amiga. Pero Bob sabe que trama algo: una cena espectáculo. Se queja de que, después de ir al espectáculo, Linda lo canta todo en lugar de hablar. No es ni cena ni espectáculo, es un sucedáneo de espectáculo. Mientras Linda le cuenta a su vecino Mort lo del espectáculo, él le señala que, con el restaurante, ya tiene la mitad de un local de cena espectáculo. Antes de que Bob se dé cuenta, Linda y los niños ya tienen un tema: el musical del misterio del asesinato en masa. De mala gana, Bob accede a poner el espectáculo durante tres días.

Linda lleva a Bob a un lado y le dice que tienen que hacer algo especial para el decimotercer cumpleaños de Tina. Louise está de acuerdo y dice que, según el diario de Tina, ha sido un año muy duro. Bob accede a hacer una fiesta a regañadientes y Linda le da la emocionante noticia a Tina quien, inmediatamente, suelta su lista de exigencias: cerrar el restaurante una noche para una fiesta mixta con DJ, bola de discoteca, máquina de humo y un primer beso de Jimmy Junior, el amor de su vida. A Bob no le gusta nada todo eso, sobre todo la parte de Jimmy Junior, el hijo de su némesis, Jimmy Pesto, dueño del exitoso restaurante italiano del otro lado de la calle. Linda convence a Bob de hacer la fiesta, pero se ve obligado a coger un segundo trabajo para poder pagar todos los extras.