Mentes criminales: conducta sospechosa

Cuando raptan a una niña blanca de 8 años a plena luz del día en Ohio, el equipo se dirige hacia allí para intentar ayudar a la Policía local a buscar a la pequeña usando un perfil del sujeto. Una mujer afroamericana les revela que también secuestraron a su hija de 8 años unos días antes. Durante la investigación, el equipo descubre que otras dos niñas afroamericanas fueron secuestradas y asesinadas, y el equipo se da cuenta de que el sujeto es más complejo de lo que parecía.

Una mujer está matando a hombres en hoteles de lujo y haciendo más lenta su agonía para verlos morir. La conducta es inusual para una asesina en serie, y el equipo sospecha que está siendo manipulada por algún hombre. La investigación los lleva hasta Marcus, un asesino preso que está seguro de que el FBI nunca encontrará a la asesina.

Asesinan a un hombre en un aparcamiento de Tucson y la asesina se lleva sus ojos. Mientras el equipo intenta hacer el perfil del agresor, los ojos aparecen sobre un periódico. Cooper y su equipo intentan interpretar los mensajes, pero una inspectora de la Policía local hace declaraciones públicas que provocan a la asesina.

Cooper y su equipo viajan a Chicago, donde un francotirador está matando a gente al azar en la calle. Cuando investigan el lugar del crimen, el francotirador los observa a distancia, identifica a Mick como un tirador de élite y le envía un localizador para poder avisarlo de cuándo va a volver a matar. Cuando García finalmente identifica al asesino, el equipo se apresura a detenerlo y evitar así una masacre.

Una bomba estalla en un instituto y las pistas llevan hasta un padre de tres hijos cuya esposa murió dando a luz al cuarto. Su tragedia lo lleva a creer que necesita matar a sus hijos y a otros jóvenes para que no tengan que sufrir.

El equipo del FBI trabaja para hacer el perfil de un asesino que está matando a personas a lo largo de una autopista. Elige a las víctimas al azar y la Policía local no da abasto para vigilar toda la autopista y vías secundarias. El equipo de Cooper sospecha que el asesino tiene secuestrada a una persona a la que obliga a presenciar los crímenes, pero la situación es aún más sórdida de lo que imaginaban y se ven obligados a rehacer el perfil del asesino.