Victoriano Santos ha trabajado duramente en su rancho hasta acumular una aceptable fortuna. Pero el mayor tesoro de su vida son sus tres hijas: Diana, Casandra y Constanza. Viven con Inés, que trabaja en la casa, y mantuvo una relación hace mucho con Victoriano. Sin embargo, Inés fue violada y Victoriano rompió su noviazgo con ella pensando que le había engañado. Desde entonces, Victoriano está casado con Déborah. Diana, la mayor de las hijas, desprecia a Déborah, ya que la considera una interesada que sólo está con su padre por su dinero. Además está comprometida con un hombre al que no ama, pero que su padre considera un buen partido. Casandra, la hermana mediana intenta ser arquitecta pero es discriminada continuamente por ser mujer. Conoce a Eduardo Mendoza, un hombre mayor que ella, y se enamoran. Pero los Mendoza son enemigos de los Santos así que su relación deberá superar muchos obstáculos. Constanza, la hija menor, tiene un noviazgo con Roberto, un joven arrogante que es manipulado por su padre para conseguir la fortuna de Victoriano. El amor no lo tendrá nada fácil en un ambiente en el que los celos y la traición son el pan de cada día.
