Simplemente Maria

María, de 18 años, decide dejar su pueblo y probar suerte en la ciudad, donde consigue empleo como empleada doméstica. Haciendo amistad con Rita, conoce a Juan Carlos, quien la enamora y consigue que se le entregue por primera vez.

Gustavo descubre que Juan Carlos ha perdido dos años en la universidad y le da un ultimátum. María, llevada por su patrona, acude con el médico y éste le indica que está embarazada. María le comunica a Juan Carlos la noticia.

Juan Carlos rehuye a dar la cara por el hijo que espera con María y ésta se decepciona por su cobardía. El futuro de María se pinta turbio, pues el patrón de la casa le indica a su esposa que la despida. Gustavo habla con Juan Carlos sobre lo ocurrido.

Juan Carlos busca a María y ella se niega a hablar con él, asegura que sola podrá salir adelante sin nada de él. Víctor busca un hospital de maternidad para María. Rita es despedida por estar al pendiente de María.

María se vuelca en felicidad tras el nacimiento de José Ignacio, jura que nada le faltará. Las nuevas patronas de María son encajosas y no le gustan los chillidos de bebé. María decide tomar clases de corte y confección para salir adelante.

Matilde y Víctor le ofrecen a María un cuarto con ellos y la posibilidad de ejercer el corte y confección. Las patronas de María le hacen una última humillación, tras avisar que dejará de trabajar con ellas. Natalia queda prendada de Juan Carlos.