El curso de la Dra. Melissa Booth explora el papel de los microbios en la vida humana a través de la historia de un personaje de ficción, Lina. Examinen cómo los microbios colonizan a un bebé desde su nacimiento y su impacto en la salud a largo plazo, rastreando la interacción de Lina con los microbios a lo largo de su vida.

El microbioma de Lina está formado por bacterias, arqueas, hongos, protistas y virus, que residen principalmente en lugares como el intestino, la piel y los orificios. Los microbios, que superan en número a las células humanas con unos 39 billones de células microbianas y 380 billones de virus, desempeñan diversos papeles en las funciones corporales y el mantenimiento de la salud.

Cualquier parte del cuerpo humano que esté en contacto con el exterior es un lugar potencial para los microbios. Pero, ¿por qué tolera nuestro cuerpo su presencia? Aquí responderán a la pregunta: ¿Qué hacen estos microbios por ustedes? Uno de sus cometidos vitales es desarmar a los microorganismos potencialmente nocivos. Descubran cómo ayudan también a digerir moléculas complejas como el gluten.

La fermentación transforma las habas de cacao en chocolate utilizando microbios para convertir los nutrientes sin oxígeno. Este proceso es similar en la producción de vino, queso y yogur. Los alimentos fermentados ofrecen beneficios para la salud, como una mejor digestión y absorción de nutrientes, pero también conllevan riesgos si no se elaboran correctamente, como la contaminación.

El intestino humano alberga diversos entornos para los microbios: el estómago ácido, el intestino delgado antimicrobiano y el colon rico en nutrientes. La buena salud depende de la actividad microbiana en estas zonas, sobre todo de la fermentación en el colon. Aunque cada intestino tiene una composición microbiana única, sus funciones son las mismas.

La Dra. Booth explora cómo los microbios pueden manipular el comportamiento, como se observa en las hormigas zombi y los animales infectados por la rabia, y sugiere que también podrían secuestrar la mente humana. La barrera hematoencefálica actúa como defensa protectora contra ese control microbiano.