Ally McBeal

La vida personal y profesional de una abogada idealista en un bufete despiadado. Con reticencia, Ally acepta trabajar en el bufete de un antiguo compañero de clase donde se reencuentra con su exnovio Billy, que también trabaja ahí.

Ally conoce al otro socio fundador del bufete cuando tiene que defenderle de los cargos que se le imputan por contratar los servicios de una prostituta, y ella misma se siente como tal cuando Fish le pide que tenga una cita con un cliente potencial.

A Ally le preocupa el modelito que lucirá en su primera cita oficial con el cliente Ronald Cheanie, a quien ya ha besado una vez. Georgia interrumpe a Ally y la sorprende al pedirle que sea su letrada adjunta para representar a Barbara Cooker, una presentadora de televisión que interpone una demanda contra la cadena por discriminación sexual. Ally no puede resistirse porque el letrado de la cadena es Jack Billings, a quien Ally denunció por acoso.

A Ally le reconcome la culpa cuando le piden que lea el panegírico en el funeral de un antiguo profesor de derecho con el que tuvo un romance.

Fish asigna dos casos a Ally: el pleito por la infracción de una marca registrada entre dos heladerías y la defensa de una prostituta de lujo (con su compañero John Cage como letrado adjunto). Ally y Elaine se ofenden en una reunión cuando Fish y Billy miran embelesados a la atractiva y joven empleada que reparte el correo. Harry Pippin, el obeso abogado de la parte contraria en el pleito de las heladerías sufre un ataque al corazón en el juzgado. Ally le salva la vida practicándole el boca a boca. Más tarde, Ally visita a Harry en el hospital. Este le presenta a su prometida, Angela, pero en privado le confiesa que recuerda la reanimación boca a boca de Ally como un beso.