Henry, el monstruo feliz

Para poder cantar bien su canción, Summer necesita que la abrazaflor florezca, pero su casa es muy alta y tapa la luz del sol. Henry y Summer se ofrecen para llevar al bebé Ivor a la cama, pero no están muy seguros de conseguir calmarlo y que se duerma.

Mientras juegan a la patrulla espacial, Ivor rompe sin querer la nueva nave espacial a control remoto de Cobby, así que Henry tiene que encontrar una forma de cogerla antes de que salga volando. Henry lleva todo el año entrenando para el concurso anual de rugidos de Villa Rugido, pero el día de la competición se da cuenta de que no tiene voz ni rugido.

Momá y Bela enseñan a los niños a hornear pan, pero en su intento por hacer el bollo más grande, Henry crea una bola de masa tan enorme que provoca el caos en Villa Rugido. Los Monstruos Scouts se reúnen para crear su propios coches de carreras, pero Henry se entristece cuando se entera de que Roberto le está copiando todas sus ideas.

Henry siempre queda impresionado por las actuaciones de Summer, así que decide que le gustaría montar un espectáculo propio. Sin embargo, resulta ser más complicado de lo que esperaba. Cuando Cobby inventa el megamuelle, Henry y sus amigos lo disfrutan al máximo.

Summer está triste porque la familia se ve obligada a dejar en casa a Beckett durante su acampada de noche, así que Henry tiene que animarla. Summer y Henry intentan darle a Beckett una fiesta de cumpleaños sorpresa, pero sus planes se tuercen cuando empiezan a perderse cosas misteriosamente.

Henry intenta convencer a Summer de que sea ella misma para ganar un concurso de canto. Henry atrapa un pececito y decide llevarlo a casa como mascota.