Una mujer divorciada que está desesperada le pide ayuda a Aaron para vender su casa de la playa, que ha estado en el mercado durante tres años sin recibir ninguna oferta.

Aaron y Neyshia viajan a Napa para encarar un viñedo único en su estilo, pero deben ir con cuidado, pues los excéntricos propietarios ingleses ya los despidieron una vez.

Una mansión de doce millones de dólares ubicada entre múltiples campos de golf no es tan valiosa como sus propietarios creían, pero Aaron y Morgan están decididos a dotarla de valor. Arvin se excede en un trato y enfurece a la oficina.

Aaron y Neyshia atienden a un cliente con una curiosa preferencia por el púrpura, sólo para aprender luego que, en esa casa, el color de la pintura es el menor de sus problemas.