Familia de acogida

Stef Foster, agente de policía, y Lena Adams, subdirectora de un instituto, han formado una familia unida con sus tres hijos, Brandon —el hijo biológico que tuvo Stef en un matrimonio anterior— y los dos gemelos adoptados Mariana y Jesús. Su vida cambia de forma inesperada cuando Lena conoce a Callie, una adolescente hosca que ha tenido una vida dura entrando y saliendo de distintos hogares de acogida. Lena y Stef le abren a Callie las puertas de su casa, pensando que será para unas pocas semanas, hasta que le encuentren a Callie un hogar permanente. Callie no tarda en notar que los Foster son una familia atípica, y sus comentarios mordaces molestan a Jesús y Mariana, que están intentando definir su propia identidad. Los gemelos tienen la oportunidad de conocer a su madre biológica, pero no están seguros de estar preparados, ni de si quieren compartir la experiencia con sus madres adoptivas.

Lena y Stef deciden no castigar a Brandon por escaparse con Callie a rescatar a Jude, pero Mike no comparte esa decisión y surgen tensiones. Brandon termina castigado, pero planea escaparse para ver a Talya aprovechando que los padres de ella están de viaje. Jesús deja de tomar su medicación para encubrir a su hermana, pero se pone muy nervioso y acaba peleándose con otro chico en el instituto. Cuando descubren a una alumna con las pastillas de Jesús, Callie pasa a ser la principal sospechosa, y Mariana se siente cada vez más culpable por dejar que otro cargue con la culpa de lo que ha hecho. Mientras, surge un romance secreto entre Jesús y la mejor amiga de Mariana, Lexi. Los Foster hacen cambios en casa para que Callie y Jude estén más cómodos, pero a los gemelos Foster les va a costar compartir habitación.

Los Foster tienen la casa abarrotada, pero cuando Mike sugiere que Brandon se vaya a vivir con él, Stef argumenta que no le corresponde a Brandon decidir eso y acaba discutiendo acaloradamente con su hijo. Mientras, Lexi y Jesús deciden terminar su relación, pero descubren que se sienten demasiado atraídos el uno por el otro. Callie le reprocha a Mariana que haya dejado que Jesús cargue con la culpa del robo de las pastillas. Cuando Timothy, el profesor de Callie, le pone como tarea escribir sobre la culpa, salen a la luz ciertos secretos oscuros y un nombre misterioso de su pasado.

Lena quiere organizarle a Mariana una fiesta perfecta para celebrar sus quince años, aunque a Stef le parece demasiado cara. A instancias de sus madres, Mariana invita a Callie a ser su dama de honor, y ésta acepta. Mientras, Lexi le dice a Jesús que no quiere seguir viéndolo a espaldas de Mariana, aunque les cuesta mantenerse separados. Stef nota que hay cierta tensión entre Brandon y Talya a causa de Callie, y le recuerda a su hijo que no puede tener ningún tipo de relación amorosa con una hermana de acogida. Brandon le dice que no tiene de qué preocuparse, pero cuando Talya deja de fingir y amenaza a Callie si no lo deja en paz, Brandon estalla. La madre de Lena, Dana (interpretada por Lorraine Toussaint) llega de visita para la fiesta, y la tensión entre ella y su hija queda patente. Mariana se entera de algo que podría estropearle por completo la fiesta.

Jesús y Lexi dan rienda suelta a sus impulsos y se ven obligados a afrontar las posibles consecuencias de sus actos. Mientras, Callie va intimando con Wyatt, aunque a Brandon le preocupa que salga con un “mal chico”. Stef y Lena se enteran de que dos de sus mejores amigas, Kelly y Jenna, tiene problemas de pareja serios, y esto las lleva a analizar la falta de romanticismo de su propia relación. Kelly y Jenna tienen un hijo culto y moderno, Garret (interpretado por el poeta Noah St. John) del que se encapricha Mariana, que acaba desesperada por encajar en su grupo de amigos. Se meten con Jude en el colegio por ser diferente.

Los Foster invitan a cenar a Ernesto y Sofía Rivera (interpretados por Carlos Sanz y Justina Machado), y a Stef le preocupa que sometan a Jesús a opiniones contrarias a su familia, tan poco tradicional. Para empeorar las cosas, el padre de Stef, Frank, un hombre muy conservador interpretado por Sam McMurray, se presenta en plena cena y esta se acaba convirtiendo en un debate moral. Mientras, Callie asiste a una reunión de jóvenes acogidos y conoce a una persona relacionada con su pasado, un pasado que vuelve para atormentarla. Wyatt organiza una fiesta para destrozar la casa que el banco les ha quitado, y Callie se da cuenta de que sufre mucho más de lo que deja ver. Mike llega tarde a recoger a Brandon para una audición muy importante con un profesor muy conocido.