En los puntos extremos de la galaxia la nave espacial en forma de olla exprés es el hogar de creaturas muy extrañas: ¡Lasagna espacial! Su propósito es invadir la tierra. Al investigar los alrededores de la casa de Jon, la lasagna espacial se encuentra con Odie. Creen que todos los humanos son idénticos a él y deciden invadirlos. Pero desafortunadamente no concideran la avaricia de Garfield.

Desde hace mucho que Garfield no caza pájaros. Es algo así como comer ratones. ¡Simplemente no lo puede hacer! Pero cuando descubre un nido lleno de huevos aparentemente abandonados, se le olvida su orgullo felino y decide incubarlos. A Harry, el gato callejero, no le parece el plan.

Llegó la noche y es hora de dormir, pero Odie sigue muy despierto y quiere jugar. Garfield lo saca de la casa. En el jardín, Odie se encuentra a un marciano al que se le ha roto su nave espacial. Para darle las gracias por haber encontrado la pieza clave para la nave, el marciano cambia a Garfield y a Odie de cuerpo. ¡Garfield termina en el cuerpo de Odie y Odie en el de Garfield!

Jon salió a hacer un mandado y Garfield y Odie están solos en casa. Hay un plato lleno de costillas e instrucciones de no tocarlas bajo ninguna circunstancia. Pero por supuesto Garfield de inmediato se las traga, no sin antes decirle a Odie que se fuera, para no tener que compartir. Mientras tanto, Odie encuentra un hueso en el jardín. Pero no un hueso cualquiera. ¡Un hueso de dinosaurio!