
En la hacienda de la familia Altamirano vive don Fernando, el jefe de la familia, viudo y padre de Amelia, la hija mayor, y Mariana, su consentida, la niña de sus ojos. Pedro Pérez es el jardinero de la hacienda. Ama en silencio a Amelia desde que tiene uso de razón. Pero ella está enamorada de Luis Montero, un joven estudiante de Derecho con muchas ambiciones en la vida. Amelia se entrega a Luis cuando tiene 18 años y termina embarazada. Pero Luis la rechaza por casarse con Marissa Gómez Ruíz, una banquera viuda y millonaria. Por una confusión, don Fernando llega a creer que el hijo que espera Amelia es de Pedro y corre a los dos de la casa. Pedro, por el amor que le tiene a Amelia, guarda silencio, se casa con ella y asume la paternidad de la criatura, quien al nacer, Amelia bautiza como Luisa Fernanda. Y le restriega a Pedro en la cara que la niña se llama Luisa por su papá y Fernanda por su abuelo. La boda de Marissa y Luis sucede en muy corto tiempo, ya que ella tiene que viajar a España por asuntos de negocios del banco que preside. Ella termina de pagarle a Luis sus estudios de Derecho en España. Marissa tiene un hijo, Carlos Gómez Ruíz, quien a pesar de su corta edad no se deja engañar. Siempre ha sabido que Luis es un vividor que se casó con su madre por dinero. Esto hace que la relación entre Luis y Carlos sea insostenible, sobre todo cuando Carlos ya es un hombre.