En Kioto, Nio es un niño que trabaja en un restaurante con la familia que lo adoptó. Un día, llegan dos hombres sospechosos que cambian su forma de ver el mundo.

Nio finalmente conoce al resto de los Miburo, pero aún no tiene muy claro qué es la justicia ni qué es lo que debería significar para él ni cómo aplicarla para cumplir su cometido de crear un mundo mejor.

El entrenamiento matutino de los Miburo anima a Nio a seguir demostrando su valía como nuevo integrante del grupo, lo cual lo lleva a competir con Saito, un chico de su edad muy diestro con la espada.

Ha habido una seguidilla de asesinatos en Kioto, todas las víctimas han sido hombres de Aizu y les han arrebatado los ojos. Katamori Matsudaira, señor de Aizu en Kioto, llama a los Miburo para que se encarguen del caso.

Nio y Hajime se encuentran con uno de los cinco asesinos que han estado atacando a los samuráis de Aizu. Nio quiere resolver la disputa con palabras, pero Hajime está listo para atacar.